sábado, 10 de noviembre de 2007

Llevarte de la mano al infierno

Nunca tuve la valentía de levantarme de una fuerte caída y decir que el cambio improvisado de mi camino es mejor, o al menos una nueva vida llegue sin mi permiso, esa vida no es como esta, hay muchas cosas que parecen ser reales pero son veneno para el alma, no se que tan poderoso pero no creo que haya mas muerte después de la muerte. Quizás el color de las hojas sea diferente, podrías darle el color que tu desees, negro, gris, o si te gusta algo mas vivo agrégale un color que no exista al que tú le pongas un nombre y te sientas dueña de su esencia, de su vida, que decidas con que abonarla y que darle para mantenerla viva, ¡si!, mantenerla viva en un mundo de muerte.

Este lugar no es tan malo, si buscas el lado positivo, aquí no hay tráfico, no hay contaminación sonora, ni gente a tu alrededor que te mire mal, aquí todos están ciegos, se guían con el miedo que siente cada quien al entrar a este loco lugar, cuando dejas el temor a un lado podrás pasar sin que nadie este pendiente de ti, sin que te toquen, ni te rocen, serás como el viento, no darás explicaciones, ni serás responsable de tus actos, serás libre entre el fuego de la maldad que se quemó al momento de entrar, convirtiéndose en el calor que calma tu frío de muerte en este momento. ¿Nunca pensaste que tus defectos te salvarían, verdad? Este es un momento que no se presenta a diario, este momento es eterno, pasará a ser tu desayuno, almuerzo y cena que en tu pasada vida solías degustar, mientras pensabas que había más allá de sentir los latidos del corazón y sangrar.

Muchos creen que en este lugar no existe el amor, eso es porque aún están vivos, donde la lujuria y el placer opacan por completo el verdadero significado de la palabra, eso ya lo sabías, por algo estoy aquí a tu lado, después de la muerte, ¿quién iba a imaginar, no? Que quien me mató, esté a mi lado como si nada hubiese pasado, y lo mejor de todo, amándonos como si estuviéramos vivos, como ese día cuando te dije que después de muerto te seguiría adorando, solo se me olvidó decir “pase lo que pase”.

Agarra mi mano, no quiero perderme, no quiero alejarme de ti, aquí existe algo mas fuerte que vence a la muerte y a lo que todos tememos, pasar a ser parte del olvido. Déjame llevarte de la mano al infierno, déjame enseñarte mi nuevo hogar que tú misma construiste para mí, y al que te dije que no iría solo, y mucho menos, sin ti.

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