domingo, 11 de noviembre de 2007

Juanito y la chica del 29

En el mundo fantasioso de un cerebro en pleno descanso me encontraba yo. Juanito, niño de 15 años, con un extraño cosquilleo en el cuerpo que me preocupa y me hace ir al baño cada cierto tiempo a jugar con mi pajarito, todavía no se que es pero que rico se siente. Ahí está ella, Claudia, tiene 20 en matemática y de edad también, en la tabla del 4 se ve mejor, me imagino en 69 debe ser una ingeniería.

Vive en el apartamento 29, siempre la veo por la ventana mientras froto el cordoncito de la cortina azul que mi madre puso para que el sol no jodiera tanto, el sol no me importa, si es por mi me quemaría todo, más ahora con lo de la capa de ozono. No tengo culpa de la contaminación en el mundo, pero la que si tiene la culpa es ella que se para en su cuarto desnuda, sus senos levantados por obra y gracia del espíritu santo y los 3 reyes magos, en el centro dos monedas de 500 bs. Color rosa, si, como la pantera, pero esta no me causa risa, sino “cosquillas”, estas cosquillas vienen mas fuerte cuando Claudia se agacha a buscar algo en el cajón de abajo, me acuerdo de las tortugas ninjas hasta el casco de Robocop, de seguro nadie hace eso, yo si.

La cortina de mi madre cubre bien todo, hasta lo que tengo que hacer para liberar mi tensión, el movimiento de mi mano es más rápido que cuando juego Mortal Kombat con mis amigos, no hay Fatalitys, ni Babalitys, no tengo que decapitar a nadie pero si me la da, la exploto.

Estoy por irme, o venirme como dicen los españoles, estoy por hacer un lanzamiento de cohete directo a la luna, ella no lo sabe, tampoco sabe cuanto deseo que nunca encuentre lo que esta buscando en ese cajón. ¡Dios bendiga ese cajón!

Mi madre pasa del cuarto a la cocina, pensando que me encanta ver el paisaje, que amo la naturaleza y que todos los días me paro en la ventana a apreciar la bella creación del señor. Vaya que ese señor si que trajo algo bueno al mundo, luego de cojerse a su madre nació ella, Claudia, la chica del 29. La misma que ahorita se voltea y me ve, se acerca a su ventana mientras toca sus senos y va bajando una de sus manos a su…. Casco.

Tiene tanto como para proteger a 15 obreros de taladro, a todo un equipo de fútbol americano, e inclusive al mismo Presidente de la República, para que no se le queme el cerebro más de lo que se le ha tostado.

Su dedo va entrando justamente ahí, se nota un suave brillo de humedad que solo yo puedo detallar, es un show vip de donde no llega el puto sol que me está encandilando, todo esta como cancha de estado recién inaugurada, su dedo esta entrando, me mira y esta a punto de …

¡LEONARDO, EL DESAYUNO ESTA LISTO!

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